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quarta-feira, 11 de setembro de 2013

|Caminos de Martí| Sin memoria histórica no habrá paz

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Daniel Merlos vive en San Salvador, El Salvador, es un gran poeta, estudiante de Sociología, militante y trabajador de las comunidades, nos presenta un artículo más que sensacional sobre Memoria y Verdad, allá de decir acerca de la vida de su país. Hoy, el 11 de septiembre, recordamos el ataque terrorista que tuvo el poder legítimo y democrático de Allende en Chile y la introducción de una sangrienta dictadura en imagen y semejanza de todas en nuestra América Latina. Por un capricho del tiempo, o de la historia, anotamos la fecha en el blog como una palabra, o nombre, de orden: Salvador: 

|| Sin memoria histórica no habrá paz 

El olvido histórico es un demonio un poco más grande que la mano de Dios. Se sienta en cómodas sillas forjadas a tono de injusticias, en los hermosos salones de los congresos nacionales, en las sillas presidenciales, muchas iglesias, en la Corte Suprema de Justicia, en los programas de estudio, en las plataformas sociales conocidas viejas y las nuevas, en los circos mediáticos, en las camas de cartón reforzadas con hilos de empobrecimiento y en la mirada triste de nuestra infancia. El olvido histórico se fuma la memoria sin dejar rastro y sin advertir que volverá, tarde o temprano, a herir nuestros pueblos, a cultivar una vez más la sangre en los campos y las ciudades. 

En El Salvador, un breve rincón centroamericano, de no más de ocho millones de sueños, se han librado luchas de todo tipo para alcanzar las verdes riveras de la libertad. Desde los tiempos de la conquista hasta los años de injerencia directa, a través del apoyo económico, político y militar del poderoso lado imperialista de los EE.UU, en tierras Cuscatlecas se han asesinado muchas vidas. 

En 1946, en territorio panameño, se establece la Escuela de las Américas. En 1984 se translada a Fort Benning, Georgia, EE.UU. En ella se formarán los asesinos del pueblo, en técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar, técnicas de tortura y todo tipo de saber inhumano en nombre de la libertad y en apoyo a las democracias de aquellos años, es decir, dictaduras civil-militares en América Latina. 

La clase o tanda, conocida como 'la Tandona' - promoción de 1966 de la Escuela Militar salvadoreña -, es una generación de asesinos formados en el Escuela de las Américas; la mayoría proviene de las élites económicas. Sus principales personajes son: René Emilio Ponce, Juan Orlando Zepeda, Inocente Orlando Montano, Oscar Alberto León Linares, Francisco Elena Fuentes y Juan Rafael Bustillo. Todos acusados de crímenes contra la humanidad. 

La década de los 80' en El Salvador está marcada por la violencia político-militar. Esta tuvo lugar en todo el territorio nacional, en algunas zonas más que en otras, pero todo el país sufrió dicha tragedia. Los periódicos y demás medios de comunicación servían cada día imágenes de esta situación. O no tanto en algunos. 


Según registros de la Comisión de la Verdad para El Salvador, cita textual, se atendieron más de 22.000 denuncias en un período de tiempo que comprende 1980-1991. Los registros demuestran que más del 60% de muertes que ocurrieron durante la década de los ochenta y princípio de los noventa corresponden a ejecuciones extrajudiciales, 25% desapariciones y más del 20% son comprendidas entre las denuncias de tortura. Los testimonios atribuyeron el 85% de estos delitos a los agentes del Estado, grupos paramilitares y escuadrones de la muerte; los efectivos militares fueron acusados en casi un 60% de las denuncias. Los miembros de los cuerpos de seguridad 25%; Defensa Civil y escoltas 20% y, según éste informe, a los miembros de los escuadrones de la muerte se les acuso por más del 10% de los asesinatos. 

Sistemáticamente y siguiendo las instrucciones al estilo Escuela de las Américas, a lo tierra arrasada, se establece un patón de violencia dirigida contra toda persona, organización e institución que se encuadre en el perfil opositor, subversivo y enemigo. El secuestro, tortura y ejecución de potenciales enemigos se instaló con mayor impunidad durante los años 80.

A continuación quiero nombrar, no solamente un nombre, sino, muchos sueños heridos para siempre en la historia de nuestra América Latina, en nuestro pequeño país El Salvador, de algunas comunidades que fueron víctimas de las voces estúpidas de las armas, del pensamiento y acción militar y su natural locura de muerte, de la injusticia sobre hombres, mujeres, niños y niñas: 

1) Masacre de La Cayetana: San Vicente, el 28 de noviembre de 1974, por elementos de la Guardia Nacional y Policías Nacionales; 2) Masacre de El Mozote: 10 de diciembre de 1981, departamento de Morazán, por unidades del Batallón Atlacatl; 3) Masacre en los cantones de La Joya, Jocote Amarillo y de Cerro Pando: entre el 11 y 13 de diciembre, por el Batallón Atlacatl, departamento de Morazán; 4) Masacre Río Sumpul: 1981; 5) Masacre San Francisco Guajoyo: 1980; 6) Masacre de las religiosas norteamericanas: 1980; 7) Masacre de los periodistas holandeses; 8) Masacre El Junquillo; 9) Masacre Las Hojas; 9) Masacre San Sebastian; 10) Masacre El Calabozo: 1982; 11) Masacre de Santa Rita: 1980; 12) Masacre de Santa Rosita: 1980; 13) Masacre de Canoas: 1980; 14) Masacre de Guacamaya: 1980; 15) Masacre del Río Metayate: 1981; 16) Masacre de Palo Grande, Girones y Zacamil: 1980-1981; 17) Masacre de San Francisco Angulo: 1981; 18) Masacre de Sisiguayo: 1982; 19) Masacre de Tenango Guadalupe: 1983; 19) Masacre de San Francisco Echeverria y Cueva La Tigra: 1984; 20) Masacre de Copapayo: 1984 y 21) Masacre La Quesera. 


Protesta por Monseñor Romero
Otras comunidades sufrieron la pacificación y la democratización según la Escuela de las Américas; miles de sueños de paz y libertad más se perdieron en los valles, los cerros, los ríos y la historia. A la fecha no se ha hecho justicia contra los crimines. Otros que tienen responsabilidad sobre aquella violencia son: el licenciado Alfredo Cristiani y el Doctor Armando Calderón Sol, ambos fueron premiados con la presidencia de nuestro país; su partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), mantiene un culto al fundador de los escuadrones de la muerte, el Mayor Roberto D'aubuisson responsable del asesinato del líder espiritual del pueblo salvadoreño Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

Para mí, la memoría histórica transciende la trillada sinfonía del llanto por el pasado. La memoria histórica ha sido relegada por algo vulgar y parecida a la costumbre y el celebracionismo de hechos importantes de la historia, reducidos a fechas marcadas en viejos calendarios. Algo mecánico. 


Así, me atrevo a caracterizar esa vulgar idea de la memoria histórica como una simple recordación histórica, o un simple viaje por hechos del pasado que aún habitan, agónicos, en alguna memoria social. Lo anterior expreso en consignas y realidades que no se corresponden. Una anacronía funcional al olvido histórico práctico. 

Entonces, que en verdad, la memoria histórica comprende dimensiones práxicas. Es una forma de vida basada en la militancia y no en la simple afiliación a los hechos históricos; esto significa capacidad de reconstrucción, construcción y descontrucción de la historia en la subjetividad de las personas. Es aquí dónde se articula la dialéctica entre la biografía y la memoria de la estructura social. 

Nos enfrentamos al recordacionismo, el celebracionismo y el olvido histórico práctico. Vemos el gasto de recursos, si lo vemos desde los costos económicos, para ver salir un desfile. Se concentran personas, se desfila como de costumbre en marchas nada combativas, se grita e se goza y se manchan paredes; todo sin contenido consensuado sobre la realidad de los crímenes de Estado de nuestros países. 

Sin ninguna propuesta articulada de construcción colectiva que siga el hilo de la historia y evolucione junto a la historia, de manera revolucionaria, seguiremos siendo simples recordacionistas o celebracionistas. 

La memoria histórica es mucho más que sólo recordar. La memoria histórica se nutre del amor por el pueblo, por la construcción de conocimiento colectivo, por la crítica a las izquierdas conservadoras y funcionales al sistema y por la acción inteligente y rebelde, producto de procesos serios de formación y construcción de un sujeto librepensante, no desde abajo y a la izquierda, trillada persignación, sino, enfatizo, desde la razón colectiva, creativa, nueva, viva, amorosa, militante y combativa. 

Datos históricos tomados del informe "De la locura a la esperanza: la guerra de 12 años en El Salvador" [Comisión de la Verdad para El Salvador], publicado en la página web: Fundación Acción Pro-Derechos Humanos 

                                                                                                                  Daniel Merlos 

|Português| Sem memória histórica não haverá paz
|English| Without historical memory there'll be no peace

+1

2 comentários:

  1. Admirable visión del autor. Muchas felicitaciones.

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    1. Obrigado pelo comentário Nathalie, também pode ler mais do autor Daniel em: http://neggfre.wordpress.com/

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